Plegaria para un sello

Cuando deseamos “valorizar”, “analizar” ó mejor dicho “acomodar para que sea asequible”  una colección de sellos Postales, olvidamos el valor de los sellos comunes y recurrentes que hay en la colección, dándoles el valor CERO y nos centramos en los sellos con cierto valor superior (útiles ó no para nosotros mismos).

Este escrito es para ese ó esos sellos con valor CERO.

Es triste saber que tener el sello limpio, bien planchado y en buenas condiciones, tuvo un proceso previo que se obvia: Tiempo y esfuerzo. ( y que quedará en la historia como una actividad de los filatelistas).

Proceso de “juntar” y “amontonar” recortes con sellos.
Cumplido el cúmulo deseado, preparar lugar físico, toalla ó sábana, fuente (más amplia mejor) y … agua.

 Luego, agua pato con un lote de sellos por despegar, dispersos en esa fuente, cuidando que ciertos papeles que degradan su color tal los rojos, no manchen otros sellos.

Pasado un tiempo, los sellos ya despegados son retirados con sumo cuidado y puestos boca abajo en la toalla para que se vayan secando lentamente y la humedad se vaya del sello.

Esto debe hacerse en un día seco, con poca humedad.

Pasado un tiempo prudencial y comprobado que el/los sellos están secos, pasarlos a un Clasificador ó a un Libro para que termine de “plancharse” el sello.

Resumí todo el proceso, pero hay otros trabajos implícitos en cada momento del proceso, tales como el selectivo y descarte de sellos aptos ó no.

Por eso denomino este artículo: “Plegaria para un sello”, ya que minimizamos la tarea de un filatelistas que se tomó la molestia de dejar el sellos en condiciones Filatélicas …. Y cuando vemos grandes cúmulos de sellos en una colección, ¿ porqué tiramos al piso el esfuerzo de otros colegas filatelicos ?